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Diyab vuelve a dejar de consumir líquidos este lunes

El ex preso de Guantánamo manifestó su preocupación por el estado de salud de su esposa, quien se encuentra internada en Turquía por problemas cardíacos.

25 de septiembre de 2016 - 00:00

El ex recluso de Guantánamo, Jihad Diyab, retomaría su huelga de hambre "seca" este lunes, por lo que dejaría de ingerir líquidos y continuará sin consumir alimentos, medida que sostiene ya hace más de un mes. 

Según dijo a Telenoche la referente del grupo de apoyo al ex preso, Alejandra de Bittencourt, tras una semana de consumir líquidos, Diyab había acordado que volvería a la huelga "seca" este lunes.

Sin embargo, su grupo de apoyo espera que modifique su decisión tras reunirse con el interlocutor del gobierno, Christian Mirza, al tiempo que tratan de comunicarse con él para evitar que la retome. 

A pedido de este grupo, tras unas dos semanas sin ingerir líquidos y más de un mes sin comer, Diyab accedió a volver a hidratarse por el plazo de una semana a partir del pasado lunes para mejorar su salud ante el riesgo "inminente" de perder la vida, aunque había adelantado que continuaba con la medida si no obtenía una solución desde el Gobierno.

De este modo, según los activistas, se lograba "ganar tiempo" en las negociaciones que lleva a cabo el Gobierno uruguayo para cumplir con su petición de dejar el país y ser reubicado junto con su familia en otro país, preferentemente árabe.

De Bittencourt aseguró, además, que el ex recluso se encuentra "muy preocupado" por la salud de su esposa que se encuentra internada en Turquía tras haber sufrido un problema cardíaco.

Diyab se comunica con sus hijos para conocer el estado de salud de su mujer y asegura que le problema de salud se debe al estrés que ha sufrido en los últimos meses por su situación en el país.  

El ex reo pidió "que se trasmita la preocupación y la angustia que tiene en este momento" por el estado de salud de su mujer. 

De Bittencourt aseguró a Efe en la noche de este sábado durante una vigilia en la puerta de la Cancillería uruguaya que el estado de ánimo del sirio "en todo momento ha sido alto, ya sea en la indignación, en la bronca o en el dolor".

"Se habló mucho de su crisis depresiva. Él no está en una crisis depresiva. Él es muy consciente de lo que está haciendo", aseguró.

"Es una persona que no eligió ni estar en un grupo terrorista, ni después estar en Guantánamo, ni venir para Uruguay. Hace 15 años que no puede retomar el hilo de su vida", opinó, es imposible reconstruir todo eso, pero intentarlo por lo menos", concluyó.

Esta semana, el presidente, Tabaré Vázquez, aseguró que la situación de Diyab es ajena al gobierno, aunque incidió en las tratativas de alto nivel que realiza la Cancillería.

"Este tema, que no es fácil, no depende del Gobierno uruguayo. Se está haciendo todo lo posible, pero reitero lo que hemos dicho en más de una oportunidad: si los países a los que el ciudadano sirio quiere ir no lo reciben, no podemos hacer nada", expresó el mandatario.

El refugiado abandonó Uruguay a mediados de junio y a fines de julio se presentó en el consulado de ese país en Caracas, donde pidió apoyo para completar sus reivindicaciones, pero a la salida de dicha sede diplomática fue detenido por las autoridades venezolanas y deportado a Uruguay semanas después.

Junto a otros tres sirios, un tunecino y un palestino fue acogido en Uruguay en diciembre de 2014 como parte del compromiso del entonces presidente uruguayo, José Mujica, de colaborar con su par estadounidense, Barack Obama, en el plan de cierre del penal de Guantánamo. 
 

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